Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito, en un período particular de su vida, escribió esta bella oración al Señor para pedirle un regalo raramente invocado: No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos. Hazme hábil y creativo, para notar a tiempo en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente. Ayúdame a distribuir correctamente mí tiempo; dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario. Te ... Leer más