Carisma y Misión

Vivimos y existimos en la Iglesia para calmar la sed de Cristo desde un nuevo Carmelo según el Corazón de Cristo.

Somos hijas de Santa Teresa, pero con un matiz propio de vivir profundamente enamoradas del Corazón Eucarístico de Jesús. Somos llamadas y nos sentimos en todo momento, hijas de Santa Teresa, hijas de Santa Teresa «en espíritu y verdad», tal y como Jesús le pidió a la Samaritana.

Hijas de Santa Teresa según el Corazón de Cristo a través del que vivimos continuamente asomadas a la intimidad de Dios, entregadas a la contemplación de su Corazón, para -en un intento de comprender el Amor de Dios- entregarlo a la humanidad.

 

Nos sabemos poseedoras de tres «títulos» irrenunciables e inseparables los tres, por este orden:

1º Esposas de Cristo,

2º Hijas de la Iglesia,

3º Hijas de Santa Teresa.

Nos sentimos llamadas a entregar nuestras vidas derramándolas como agua para aliviar la sed de Cristo, aceite para la lámpara que le alumbre y bálsamo para ungir las heridas de su Corazón.

Vivimos un amor profundo al Carmelo y al espíritu de Santa Teresa de Jesús, a quien consideramos Nuestra Santa Madre. Pero asomadas a la intimidad abierta del Señor, que es su Corazón, lo hemos contemplado desde otra perspectiva y nos hemos sentido llamadas a vivirlo de otra manera diferente.

Hay varios aspectos o matices que nos identifican y caracterizan:

1/ Intensa vivencia de la espiritualidad del Corazón de Jesús.
2/ Adoración de la Eucaristía en Comunidad.
3/ Actitud de acogida a las personas que se acerquen al monasterio y testimonio de vida.